El plato más identitario de los valencianos tiene serios competidores en su propio terreno. Entre el mar y la huerta se esconden los sabores de las tierras del Levante, que convierten en manjar un puñado de granos de arroz.
El plato más identitario de los valencianos tiene serios competidores en su propio terreno. Entre el mar y la huerta se esconden los sabores de las tierras del Levante, que convierten en manjar un puñado de granos de arroz.